Friday, January 17, 2014

La Chispa (Fuego Deambulante)

(Se recomienda escuchar las piezas mencionadas)

Victoria adora el ballet. Aunque en su infancia le interesaba más el aprender a peinar, y a cada una de sus muñecas, las peinaba con estilos diferentes, y a decir verdad, no eran del todo malos; eran peinados fijos, pero a la vez suaves. Sus tías y hasta su hermana mayor le pedían que las peinara cada vez que Victoria estuviese dispuesta, ella, con gusto las complacía.
   El ballet no había llegado a Victoria hasta la adolescencia. A los 16 años sus padres se habían divorciado, y en la escuela le lastimaban por diversión a partir del divorcio y de su complexión gorda  y piernas chuecas (Le decían que su papá la dejó porque costaba mucho alimentarla). Su única razón para sonreír era su novio, con el cual sólo mantuvo una relación de 4 meses, ya que se enteró de que durante toda la relación le fue infiel con una de las que se burlaban de ella. Victoria había quedado inconsolable; no dejaba de llorar y no quería salir para nada.
Cierto fin de semana su hermana mayor la había sacado a pasear por la ciudad con el propósito de que se sintiese mejor. El cine no fue una buena opción. La cartelera estaba repleta de películas cursis y románticas. A su edad y madurez le era imposible desquitarse embriagándose al mero estilo adulto, así que fue a parar al teatro. Justo ese día una exhibición de ballet estaba en presentación. Ella, con los ojos hinchados y dolidos, tomó asiento en el área del centro. Aquel día no había mucha gente. Era una función que no dio mucha publicidad, y aparte de eso, el ballet no es algo muy apreciado por la gente del lugar donde vivía Victoria, simplemente no están dispuestos a pagar por verlo. Victoria también poseía esa creencia. Se encontró un tanto desconcertada al haber llegado. En los asientos había gente vestida totalmente de negro, una mujer mayor solitaria que en el asiento de al lado tenia un sombrero extravagante rojo que lucía plumas largas y exóticas. También en filas delanteras había una pareja de ancianos que aparentemente llevaron a su nieta que estaba vestida tiernamente con un tu-tú y unas zapatillas de baile. La niña era calva así que se pudo asumir que tenía alguna enfermedad terminal. Eso no le prohibió sonreír por el hecho de que estaba por ver ballet.
«Qué gente tan extraña.» se decía Victoria hacia si misma cuando estaba en aquel auditorio.
     La tercera llamada fue anunciada, las luces tomaron una forma tenue, el ambiente había cambiado, la niña calva que estaba haciendo pasos simples de ballet se sentó y desde su asiento agitaba los pies, ansiosa por ver ballet. El telón se abre y el escenario está vacío, enseguida inicia una sonata que Victoria jura haber escuchado en algún programa de televisión. Lee el programa y la obra inicia con Eine Kleine Nachtmusic Movt 1 de Mozart. Las bailarinas entran vestidas de rosa dando saltos y sus cabezas estaban inclinadas con elegancia, todos sus movimientos eran precisos pero ligeros, y estaban peinadas por un moño de bailarina brillante. Al momento a Victoria fue lo que mas le llamó la atención, sus peinados. Sin embargo, se dio cuenta de que aquellos bellos peinados eran parte de un cuerpo, un cuerpo se  movía con gracia por todo un escenario, con un compás auténtico y en total sincronía.
Victoria se fijó en la demás audiencia. Los que estaban vestidos de negro tenían una cara seria. Unos hasta posaban su cabeza en su palma, en señal de aburrimiento o de poca satisfacción «¿Entonces para qué vienen?"» se preguntó Victoria.
Al otro lado, la señora del sombrero extravagante sonreía nostálgicamente con una conmoción espectacular. Sus ojos estaban por sacar una lagrima, movía su cabeza al compás de la música, y con su mano derecha acariciaba su mano izquierda, como queriendo simular una compañía. La niña calva con la boca abierta y los ojos amplios y sorprendidos, tomaba a sus abuelos de sus prendas y los estos observándola a ella, con morriña, acompañada por una sonrisa que se dibuja por si misma.
La reacción de Victoria se puede definir como una combinación de la niña y la anciana, y la sensación de descubrimiento añadida, sorprendida por la coreografía. Los arreglos musicales que usualmente se escuchan en comerciales simples o en caricaturas ahora eran lo que dictaba un bello baile de ballet. Victoria observaba los movimientos cariñosos de las bailarinas, lo sincronizadas que eran y la felicidad que ellas emanaban al bailar una pieza de ballet. Las bailarinas realizan giros y pequeños saltos para terminar con una inclinación hacia el publico, dando las gracias.
         A pesar de haber sido poca la audiencia, el aplauso fue apreciable. Hasta los individuos de negro aplaudieron de mala gana, admitiendo que fue un buen inicio. Victoria acababa de descubrir algo nuevo, su hermana salió a fumar, Victoria permaneció dentro, con ganas de seguir viendo ballet. Toda la presentación duró alrededor de una hora y media. Victoria presenció todos los actos y todos le dejaron un buen sentimiento. Se aproxima la ultima pieza, un solo que en el programa decía "Sufjan Stevens -  Praire Fire That Wanders About (Fuego De la Pradera Que Deambula) (2005)". La bailarina que salió con un maquillaje colorido se movía misteriosamente en el escenario. Con cada nota larga hacía una figura con su cuerpo, y en cada campanazo de la introducción, uno de sus músculos se desarrollaba junto a ellos. Se estiraba, y su cuello hacia movimientos sensuales. Cuando entró la voz de Sufjan cantando Preoyia! Distroyia! Infinity! Divinity! la bailarina se agachaba y simulaba elevaciones. Saltó; notablemente estaba festejando, mostrando gloria parecida a un éxtasis.
Los que estaban vestidos de negro formaron una cara de repugnancia al gran cambio de ambiente de música clásica a algo del 2005; sin embargo, ellos tenían que admitir que era disfrutable el cambio, a pesar de que va contra las reglas. Victoria se fascinó, se contagió de la intrigante alegría que emitía aquella bailarina, la cual después se suelta el pelo. Entra una parte de solo violines y la letra recita Into the crossfire, faithfully run. En ese instante a bailarina se baja, y de alguien que ya estaba preparado hasta el fondo de el cuarto, toma confeti naranja y lo arroja a todos los presentes. La niña calva alza sus brazos y grita emocionada mientras los confetis caen alrededor de ella como nieve, la señora del sombrero extravagante no pudo contenerse y dejó salir una ligera lágrima y le agradeció a la bailarina. Ella le respondió inclinándose. Cuando el confeti cayó sobre los que andaban vestidos de negro no reaccionaron en absoluto. La bailarina sin embargo les arrojó otra porción de confeti y meneaba sus brazos. En la expresión de ellos se podía notar el respeto. Cuando llega a Victoria, ella guarda sus manos entre sus piernas y alza la mirada para ver los confetis en caída. A la mente de Victoria surgió la imagen de el confeti siendo una chispa que cae e inicia un incendio en una pradera. El fuego ardió todas las imágenes que le habían consternado, y pudo sentir un calor por dentro y el sonido del fuego en sus oídos. No era un fuego dañino, si no mas bien protector. Un fuego bien empleado que arrazó sus penas completamente. Se sintió liberada de la tristeza y pensó en si misma como una tonta por haberse dejado dañar tan devastadoramente.
Victoria no niega que le dolió, pero al tener aquella experiencia y ver ese confeti naranja caer sobre ella, se sintió liberada. Al terminar la canción la bailarina se sube al escenario, da un gran salto y al caer en puntas poco a poco eleva su pierna izquierda, la cual estaba pintada a manera de mapa. De una manera precisa mantiene la posición, y enseguida se viene una larga nota que en el programa está denominada como "Un conjunto de zumbidos que simulan la forma en que Sufjan Stevens tiene una crisis existencial en el Gran Laberinto Godfrey". El show termina. Sale todo el elenco a agradecer y la gente aplaude. Victoria quedó impresionada con toda la presentación, ni siquiera se dio cuenta de que su hermana estuvo ausente todo el rato. Victoria había olvidado la razón por la que fue, debido a que quedo encantada con el ballet y aquella aparentemente inusual interpretación del final que contagia un sentimiento con chispa. Una chispa ideal para iniciar un fuego que recorra toda la pradera.

«A momentos te puedes encontrar devastad@, sin embargo, el mundo entero no gira alrededor de la devastación. El mundo gira alrededor de una chispa; es cuestión de nosotros dejarla caer y de como caerá en nuestro ser. El fuego bien empleado no es dañino, es protector, y lo tenemos dentro, por lo tanto, no hay que dejarlo morir.» Es el consejo que suele dar Victoria cada vez que algún cliente llega cabizbajo a su salón de belleza, el cual, hoy en día es muy solicitado para los eventos de Ballet.

No comments:

Post a Comment