Friday, September 8, 2023

Algunas Mujeres

Era una morra alta

cejuda

tenía una mirada de rabia

o algo que llegará a ser rabia. 

Tenía una sombra rojiza

era alta

y tenía pelo de Amelie. 


Ardí en nervios

ni la ví más de un 5 segundos

y ardo en nervios. 


¿Cómo es que la presentación de la persona 

tiene la capacidad de hacerme temblar?

Desasosiego o ansiedad

Recorro el jardín de la cineteca

¿por qué siento nervios?


Nunca más la volveré a ver

y tampoco quiero verla.

Pero dejó una impresión en mi

un aprendizaje:

Me intiman algunas mujeres,

siento que interrumpen el tiempo 

y me siento ridículo.


Podría decir que me gustó

pero no hay nada que odie tanto

como sentirme ridículo

y sin riendas sobre mi locomoción.

Nunca me dejaré ir

porque me intimidan algunas mujeres.


Tuesday, August 22, 2023

Domingo de pascua (III)

Aún encuentro tu cabello en la cama

Lo enredo entre mis dedos

Sin saber por qué

Lo coloco sobre mi cabeza

Y me desplomo ante el error genético 

Que sería el tener algo de ti en mi

Lo paseo por mi lengua

En un patético intento

De cortarme la lengua

Y no volver a hablar

Domingo de pascua (II)

Una alarma suena,

aturde los oídos de Agua Prieta y Douglas.


La frontera está sangrado:

una laceración 

kilométrica 

se abrió sobre el asfalto.


Podemos ver la hipodermis del planeta,

los barrotes fronterizos se deshacen

y lloran

como si la distinción se tratara de un juguete. 


Niños,

mujeres y hombres

se infiltran a Estados Unidos.

Bañados en sangre y tierra:

lodo,

cavan más profundo sobre el suelo

y sus venas se abren,

y las sirenas no son más que un llanto 

que ha esperado décadas por ser escuchado.

Tuesday, August 15, 2023

Domingo de pascua


Aún encuentro tu cabello en la cama

Una llaga se abre en la frontera


Lo enredo entre mis dedos

Una alarma suena


Sin saber por qué

Una oleada de hombres 


Lo coloco sobre mi cabeza

Se abre paso


Y me desplomo ante el error genético 

Bañados en la sangre


Que sería tener algo de ti en mi

Se infiltran a Estados Unidos


Lo paseo por mi lengua

La llaga se expande


En un patético intento

Las venas se han abierto


De cortarme la lengua

Ya no hay miedo


Y no volver a hablar

Ya no hay diferencias


Tuesday, August 8, 2023

Qué triste fue decirnos adiós cuando nos adorábamos más

Pa mi amá 


Hubo años en los que si cruzaba a Estados Unidos

y hacíamos shopping y toda la cosa.

Sobrevivíamos las largas filas 

con alguno de los tantos CDs que tiene mi amá,

de esos que, discretamente,

van formando el gusto

o la afinidad a ciertos sonidos.


En aquella ocasión teníamos el tributo a José José

Año: 1998

Destaco los covers: Julieta Venegas, Moenia, 

Control Machete, Café Tacuba y Leandro de Lozanne.

Alguna vez que logramos pasar la frontera,

en el estéreo de aquella pickup sonaba Azul Violeta:

"Es que todos sabemos querer 

pero pocos sabemos amar"

y yo, chiquitito, pensaba

"yo soy de esos pocos".


Llegamos al Stage

y de regreso

nos dimos cuenta que se habían robado el estéreo

un hurto insignificante comparado con lo que se habían llevado sin saberlo:

El disco de José José, el que tiene impresa una estrellita chueca

ya no estaba con nosotros.

En ese momento aprendí que podemos ser despojados,

que aquello que apreciamos nos puede ser arrancado.

Los de Stage no hicieron nada por nosotros,

no había voluntad que nos devolviera lo que nos quitaron.


El tiempo ha pasado y tenemos el consuelo de Youtube y Spotify

pero, la imagen de esa estrellita dando vuelta y vuelta 

aun me persigue.

Friday, April 7, 2023

Mis vacaciones de verano (La violencia)

Fue en la prepubertad,

antes de aprender a odiarme

y de tener anhelos absurdos 

y vulgares. 

Fue un viaje a Hermosillo

con mi mamá, ni sé cuál era el motivo. 

Lo que si sé,

es que tenía unas crayolas que dejé en el tablero

mientras comíamos en el carls jr del blvd rodríguez

y al regresar, me encontré con la caja derretida

y un aroma terrible, 

que a mi parecer, duró un par de años.


Llegamos al sanborns

con un calorón que entonces me parecía extranjero,

ocasional, hasta un atractivo turístico. 

Y en el calorón, y afuera del sanborns,

estaba una señora, 

que en el aquel entonces pensé rarámuri,

porque pedía dinero y vestía prendas largas 

que le cubrían el cuerpo y la cara.


Nosotros íbamos llegando y ellos saliendo,

un par de hombres que no le dieron dinero a señora,

y mientras se alejaban, escucho a uno:

"de dónde soy yo, a esas les damos un balazo entre las cejas"

Yo no sé si eran sicarios o alusines,

pero si habilitadores de la violencia.

Siempre pensé que se referían a la señora

que pedía dinero.

Ahora que lo escribo

me doy cuenta de que aquella sentencia 

bien pudo ser, para ellos, sobre cualquier mujer.


Saliendo de la tienda 

tenía pánico de encontrármelos,

de que sus botas picudas

y la punta de su pistola

sean lo último que veamos en nuestra vida.

No los vi,

y no le dije nada a mi mamá,

ya sentía demasiada pena

por la peste a crayola en su carro.

Sunday, April 2, 2023

Mis vacaciones de verano (los ciboris)

Tendría seis o siete años

y era verano.

Todavía no me daba cuenta

de que podía querer o no

hacer las cosas:

Como hacer la tarea,

simplemente la hacía;

Saludar de beso a las tías,

simplemente daba el muak muak;

Como ir a cabullona,

simplemente vestía mis shorts playeros

y viajaba en algún regazo

porque en la cajuela del pickup viajan los grandes

y los chiquitos ni tenemos la opción.

Cabullona nunca ha sido la gran cosa para mi.

Recuerdo el sabor de las Lays del Dollar Tree

aromatizadas por el moho del charco y el carbón del asadero.

Los adultos pistearían, cantarían y gritarían como lo harían en cualquier otro lado

por lo que no entendía la necesidad de hacerlo acá.

Métete al agua, mijito, me decían. 

Y lo hice, y desde allí notaba a las vacas 

expectantes de la civilización asando a su especie.

Mi primo y yo competíamos por quien duraba más en el agua sin respirar.

Abría la boca, tragaba todo el aire posible y me sambutía.

1... 2... 3... 4... y de pronto me ahogaba.

"esa no contó, otra"

mi primo accedió, entre risas. 

Ahora si lo haría bien.

Abría la boca grande, grande,

y un mal cálculo me hizo tragar agua,

y entre ella lo sentí:

un cosquilleo por dentro de mis cachetes

casi golpeando mis labios como tocando la puerta.

De la vergüenza de ser descubierto,

decidí tomar un gran trago y seguir bajo el agua.

1... 2... 3... y me volvía a ahogar.

"¡te tragaste un cibori!" me dijo mi primo,

"¿Cómo sabes?" le pregunté

y allí me di cuenta de que yo era el único que se hundía 

mientras el sólo me veía batallar por mi vida desde la comodidad de la superficie.

Lloré y mi familia me consoló diciendo que el cibori no sobrevivirá y estaré bien.

Me dieron un plato de carne asada y ahora tenía vaca y cibori dentro de mi.

Me sentía enfermo y con una grave culpa.

Quizá me salga un cibori en el retrete. 


Debió ser al siguiente año

que en una pequeña bolsa de plástico transparente

capturé un escuadrón de ciboris.

Mi primo también.

Los conté, yo tenía 10 y él 7

y eso me hizo sentir un pequeño y ridículo triunfo.

Regresamos a casa sin más ritual que el conocido

y aquella noche soñé con una pecera que sería más bien un claustro

en el que mis ciboris y yo cohabitaríamos

y hacíamos las cosas sin preguntarnos mucho por ellas:

rezábamos, bailábamos la pelusa y nos tomábamos fotos digitales.

En ese mismo sueño, de mi boca salía el cibori que me comí 

y se unía a la pandilla

y mascábamos chicle 

y jugábamos Mario Party

en un mágico Gamecube para 12 jugadores.

Evidentemente, al día siguiente todos estaban muertos.

Sus pequeños cuerpos flotaban inertes al roce de la bolsa de plástico ahora verdosa.

Sin más remedio que tirarlos por el retrete,

me pregunté por los funerales de ciboris,

¿acaso las anfibias familias hacían un desfile automovilistico

por la corriente de Cabullona?

¿acaso ranas grandes viajan en las cajuelas

y los ciboris en el regazo de sus mamás ranas

cuando salen de viaje en su ford lobo acuática?


Los ciboris de mi primo seguían vivos

¿por qué fui yo el desgraciado?

¿fue un castigo por aquel cibori que me tragué?

¿fue demasiada ambición 10 ciboris?

¿fue por la bolsa?

¿era una advertencia

del luto

o de las consecuencias no deseadas del poder?

¿era un llamado divino

del antiespecismo

o de John Stuart Mill

sobre el sufrimiento que todo animal padece?

Nunca lo sabré.