Saturday, April 4, 2015

Revólver (o lo que hice con el cuaderno que me regaló)

Es difícil decir te amo

Es difícil decir te amo.
Es difícil pensar en un huracán
que derribe nuestro hogar
y decir te amo.

No tienes que complacer a nadie
y aunque es una pena decir te amo
alguien lo hará
así que tira la colilla de una vez.

Es complicado cuando hay trabajo
cuando quieres hacer amigos
cuando quieres intoxicarte hasta el alma.
Es difícil decir te amo y lavar lo platos.

Es espinosa la desesperación,
poner la fotografía boca abajo,
que aquí no quieras hacer nada, y
quieras irte para hacer todo.

¡Que mueran los vecinos!
¡El trabajo! ¡La amistad!
¡Que explote el mundo entero!
A ver que tan difícil es decir te amo.

Algo que hacer

Yo no sé si es un favor
que me dejes en plena crisis existencial.

Algo pasa en estos superfluos días:
la lluvia de verano se siente más que nunca.

Como si una llamada  perdida
destrozara un poste eléctrico y deje la casa sin luz.

No sé si sean los pasos quebrados,
el bailar tan mal, que no deslumbre a nadie.

Repítelo: "Te amo, pero tengo qué hacer.
Soy alguien con cosas por hacer

¿Tú que eres?"

Alguien que espera ejercer contigo
algo nuestro, que termine trabas conocidas.

Pero no se puede, tienes algo que hacer,
siempre tienes algo que hacer.

Dosmilcatorce

Este año me vi cerca
de la realización de mi vida.
Así como sufrí impotencia
al verme con metal dentro
frío y despiadado.
El incremento de impuestos
y lo peor de todo:
nuestro juapísimo presidente con canas
¡Oh no! ¡Todo menos eso!

Este año engendré la cagada
más grande que he hecho en mi vida,
un trozo de mierta que se hacía
cada vez más grande en mis intestinos
y ahora que la tengo en las manos
inundaré Hermosillo entero con ella.

Este año la contra-demanda del amor
resultó mas favorecida que la demanda de amor.

E intentando rescatar algo que presumir
puedo hurgar documentos húmedos
y decir que no estoy solo.
Puedo decir que en este momento me cocinan
un rico huevo de desayuno
y que casi siempre habrá con quien conversar
-aunque sea por chat-.
Este año el arte se tambaleó
entre falso y real
superficial y tangible
bastardo y vendido.

Este año nuestra saliva
se suicidó desde la cima del hotel San Andrés
ya había muerto antes de llegar al suelo
se evaporó y fallecío sin llegar al objetivo.

Este año que pasó valí verga
pero es la verga más óptima
que pudo haber sido.
Aquí sigo.

Sube la intensidad

Ya no sé con qué película olvidarme
de que no estás aquí
una de esas idiotas para gente idiota
¡Ah no! Las románticas me recuerdan a ti.

¿Y para qué insisto en olvidarte?
Si con la guía que me estás dando me basta
paso a paso me aflijo como querías
y aún aguanto. Considera subir la intensidad.

Cuando suba la intensidad se me caerá la piel.
Me quedaré calvo y gordo
quejándome de los que se quejan de mi,
suavizando un juanete que me salió por seguirte.

Embolia, mirrey

Estoy pasando por una embolia espiritual
o al menos así la solía llamar
¿Ahora que otra cosa estoy obstruyendo?
embolia emocional
embolia sexual
embolia de identidad
embolia motivacional
embolia de la tinta de la pluma
marcándose en el cuaderno que me regalaste.
Al final, mejor la dejamos en embolia espiritual.
¿Dónde quedó el espíritu?
Se lo llevó ese dulce al desaparecer
any candy is gone.
Y ninguna grabación te hará escucharme
ninguna carta cursi la has de leer
-ni redpack quiere que lo hagas-.
Ninguna farsa que pretenciosamente alguien retrate como "talento"
tiene por qué pasar por tus sentidos.

¡Que se obstruya aún más!
que con ganas me quede perdido
que ahí esté mi madre preguntando
"¿Qué le pasa a mi muchacho?"
que no la quiera, que no te ame
que se desvanezca todo lo que quise forjar
que las promesas de por medio
se distraigan en un tango o reggaetón
-a mi ya me suenan igual-.

Por la embolia espiritual
por el offline
por el celular perdido
y mi calvicie asomándose
descarapelándome
perdiendo la cara
para alfín sentirme capaz
de ser un creador
de esos que tanto adoras.

¿Usaste el manual de la destrucción?
lo has aplicado bien
aún llamo a tu casa
y le pregunto a tu madre por la dirección
y aún espero dos días enteros frente a tu puerta
para que nunca aparezcas.

No quiero orar
no quiero consultas costosas
ni amigos metiches
que me sensibilicen o me endurezcan
contra la presente embolia del amor.

Última recámara 

Eres complicada de estar con,
y más complicada de dejar
me tomó seis tiros
(de los que se bifurcan centenares)
para alfín, dar el tiro de gracia.

Que estas palabras queden como lo que son:
poemuchos, poemocos sin valor literario
ni lograrían un triste premio (+Lo siento. -Oh, está bien. No te preocupes, no me gusta rimar)
ni conmover a un ser (+¿Por qué lo dices? -Demasiado cursi y trillado todo).
La cosmología dual en cada proyectil
es muy nuestra
y jódete si no les entiendes.

Que estos seis tiros que tragué
a la Kurt Cobain
permanezcan en la nube informática
para demostrar la bajeza
la ridiculez
y la contradictoria beatitud
que puede tener un romance adolescente
con tintes de fantasías frustradas
y traumas freudianos
y potencial matrimonio fracasado
e intentos de desvele
traducidos en deprimentes noches,
lágrimas desgraciadas
como la pinche gotera del baño.

Que estos seis tiros demuestren
que amé
de la manera más pura
que pude.

bang bang bang bang bang bang