Sunday, January 15, 2023

Takahashi

El departamento no tenía ni un perro mueble,

yo dormía en algo que acuñamos la cosa verde

porque no alcanzaba a ser más que eso. 

No había ni un desgraciado mueble,

lo cual Poncho y yo aprovechamos para jugar frontón 

con una pelota de ping pong sucia 

y sartenes y platos que improvisamos como paleta.

Poncho y yo practicábamos techskill de smash,

jugábamos melee en mi laptop

y cierta ocasión que se fue la luz 

nos atrincheramos en las bancas de comunicación

para echar la reta. 

Poncho y yo descubrimos Yellow Magic Orchestra

y nos tronó una tacha que ni sabíamos que existía.

Nos veo cenando galletas cuétara, 

dándole pingpongazos a la pared 

y la femme chinoise en repeat

desde las terribles bocinas de mi computadora.

Poncho y yo vivíamos juntos

y no he dejado de llamarlo mi amigo.


Alguna vez bromeamos en wasap 

que éramos una reiteración aguapretense de YMO:

Yo era Ryuichi Sakamoto,

Aziz, Haruomi Hosono,

Poncho, Yukihiro Takahashi. 

Yellow Magic Orchestra es un modelo,

un torrente para el charco 

en el que intersecamos. 

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