Thursday, January 5, 2023

La historia detrás del gato que sale en "Walk This Way (feat. Run DMC)" en Guitar Hero: Aerosmith.

Leónidas es un gato salvaje, no le importa ensuciarse las manos, es más, hasta era emocionante. Ha tenido trabajos de todo tipo, pero su vida dio un giro cuando se metió a chambear de pollero, pasaba por la frontera a animales de todas las especies: cebras, perros, ardillas, changos marangos, etc. 

Un día todo parecía ir de acuerdo al plan, cruzaban el desierto él y su flota de animales migrantes, hasta que escuchó a lo lejos un par de helicópteros, los estaban buscando. Sintió cómo se le enfriaba la sangre bajo el fuerte sol desértico y hasta la arena parecía levitar, era consecuencia del descenso de los helicópteros. Leónidas sabía que él era más ágil que todos los demás animales, e hizo lo primero que le vino a la mente "a partir de ahora se las arreglan ustedes" les dijo, y huyó. Corrió tan rápido como pudo y por su mente reconocía las consecuencias: los otros polleros lo iban a perseguir, la border paw patrol lo tenía registrado, hasta los animales que abandonó van a buscar venganza, si es que sobrevivieron.

Leónidas corrió hasta quedarse sin aliento. Terminó en las afueras de un pueblito extraño de Utah, hambriento, ya sin distinguir entre lo real y su imaginación. Por el camino cruzaba una compañía cirquera, eran águilas y serpientes dedicadas al espectáctulo. Circo Tenochtitlán. Lo encontraron inconsicente, lo ayudaron como pudieron. Al cabo de días, Leónidas recuperó su semblante fiero. Sin embargo, no tenía lugar a donde ir. Todo lugar que conocía era ya una muerte segura.

Circo Tenochtitlán reconoció su valentía y fuerza, sabían que una criatura así sería valiosa para la empresa. Le ofrecieron un trabajo, o más bien, muchos trabajos. Leónidas se ocupaba de todas las necesidades del circo, la limpieza, la comida hasta participaba en los shows. El mago Parménides, un águila imperial lo amarraba a una rueda madera que daba vueltas y vueltas. Tiraba los cuchillos. La audiencia se asombraba y aplaudía con cada tiro certero que daba entre las patas de Leónidas, a  un ladito de su oreja, a centímetros de su dedo chiquito. Leónidas sabía que su único trabajo era relajarse y no mover el cuerpo. Era en esos instantes que todo estaba en perspectiva, Leónidas se preguntaba por sus decisiones, por sus días de pollero, por todas las veces que pudo enderezar su camino y no lo hizo.

"No lo haría de otro modo" pensó.




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