Wednesday, July 29, 2015

Chimuela

Llegamos de una jungla salvaje.
Llegamos
y desde entonces, desde mi maquina,
te veo cabizbaja,
confesándole secretos a tu Dios,
comparando el a.C. con el hoy
le decías hasta de lo que anhelabas morir
y yo, sujetado a mi cordura
te imaginaba de vuelta a la jungla
sin saber a donde ir,
ni a quien maldecir,
con tus manitas rompiendo cocos
y yo, trepado en sauces
diciendo que  te quiero encontrar
sin soltar una palabra
yo, no era un hombre civilizado.

Se te cayeron los dientes
en sueños y fuera de ellos
mientras todos alrededor gritaban
qué tenías que hacer
te aceleraste.
aceleraste.
te estrellaste.
El casco tan duro te descarriló la raíz de la encía,
en un escenario onírico todos deberíamos estar muertos
pero fue alguien más quien revisó tu boquita.

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