Sunday, January 25, 2015

Músculos Adoloridos

Hay muchas maneras de ser feo. Y todas las cubro yo. Al menos físicamente.
Bueno, no. No es cierto. Estoy 2/3. Pero la línea inicial se me ocurrió ayer, cuando iba caminando a mi casa. Me encontré afuera de un abarrotes a una mujer con uniforme de TAKATA fumando y haciéndole mala cara al entorno. Y vaya que esa mujer era fea, y vaya que inhalaba macizo al cigarro. Si yo fuera tú haría lo mismo, pensé. Y es lógico, cuando eres feo puedes hacer lo que quieras con tu cuerpo. ¿Qué tienes que perder si fumas a diario? Los dientes blancos de todos modos no te favorecían. Y si comes todas esas comidas suculentas, grasosas…. ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Si ya estás feo, ningún daño vendría en engordar o en que te salga acné. Recuerdo mucho una de las líneas emblemáticas de Trainspotting respecto a una dosis de heroína: “Imagina el mejor orgasmo que has tenido en tu vida. Ahora multiplícalo por 1000, así se siente.” Eso suena como una muy buena propuesta, pero la contrapropuesta es como acabas ya siendo adicto. Así que existe esta balanza entre hacerlo o no. Es una cuestión sobre qué vale más: El hedonismo o la anatomía. Aquella tarde que vi a la señora me había pasado horas en el gimnasio, buscando tener un cuerpo decente para complementar mi aspecto 2/3. Supongo que busco tener un mejor lugar en este mundo, gustarle a más chicas, serle más agradable a los policías cuando me paren, ser favorecido cuando escojan a los integrantes del equipo de fútbol en las retas. Por eso iba al gimnasio. Si fuera feo, refeo, me gastaría la vida pecando. Los feos por default recaen en el fondo del estatus social. Lo mejor para el feo es disfrutar de lo que se priva el atractivo. Espero en algún universo paralelo ser horrible y gozar de la vida como siempre quise, sin restricciones.  

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