En un lugar amarillo, parecido a una playa -construyamos una playa amarilla la próxima que nos veamos-. Te encuentras frente a mi, con unos aires veraniegos que no provocan calor incómodo alguno, tampoco frío y eso es porque te tengo cerca. En éste ambiente de playa que no hierve, en el que sonríes y tus dientes me saludan lindo lindo. Piensas en una tonada que nos relaje, la tarareas, te sigo el ritmo, componemos algo juntos.
Me gusta escribirte, me gusta que se cree una conexión entre tú y yo sin tenernos que vernos, sin tener que tocarnos, y aun así, de alguna bella manera, estoy en seguida de ti. Me encanta la idea de compartir hogar contigo, y no dejar de escribirte, que manera tan genial de estar -aun más- uno al otro.
Desaparecen los cuerpos, sin embargo seguimos juntos. Desayunamos ¿qué era eso que te gusta? jotqueics, panqueics? Esa tortilla gorda que endulzas con miel, y la pasas con un licuado de fresa -me imagine el aroma-. Pásame la miel, y la otra también.
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